Muchas veces debemos alejarnos para poder apreciar las cosas más claramente, con una perspectiva mejor que los que se encuentran frente al objeto observado. Desde lejos percibo graves distorsiones en los que están próximos en República Dominicana, les quieren echar más agua a los que se están ahogando.
Clamores de dictaduras vuelven a resonar en la mil veces esclavizada patria Quisqueyana, y hasta yo estaría de acuerdo si ello representara mejor orden, menos delincuencia y mayor progreso. Los que han asumido la dirección del país cada vez han resultado peores, más viles y corruptos, cada vez han cumplido menos con los deberes para los cuales fueron electos y para los cuales se les pagó el salario que les dio la gana de ganar. Cada uno, en la altura que su nivel cultural lo permitió, se ha creído rey y soberano, señor y amo, patrón y Dios insustituible.
Lo increíble es que propongamos aumentar la equivocación, duplicar la dosis de la sustancia que nos está envenenando como nación, cuando lo correcto sería suprimirla de una vez por todas. Nuestro problema es que todo el poder ha estado concentrado en las manos de los elegidos. El poder no solo para hacer lo que les ha venido en ganas, sino para dejar de hacer lo que le correspondía hacer, el problema es el mucho poder depositado en los gobiernos, y ahora como solución al mal que nos agobia, se propone aumentar y concentrar más el poder.
La medicina a los abusos, a la malacrianza y falta de respeto, a la corrupción y la displicencia gubernativa es: quitarles el poder a los políticos. Que los políticos tengan el gobierno y la autoridad, nunca el Poder. El Poder debe residir en la sociedad para poder controlar los gobiernos, para poder exigirles que cumplan con sus promesas de campañas, para poder acusarlos de corruptos o negligentes, si fuera el caso; es necesario diluir el Poder mediante la elección al Congreso de representantes independientes, representantes cuyas lealtades estén depositadas en las comunidades u organizaciones que los postularon, y no en la ciega disciplina a los partidos políticos.
La solución no es concentrar el Poder, la solución es repartirlo. Es acaso que el de las “manos duras” gobernará con suizos, con santos iluminados, virtuosos monjes orientales, o lo tendrá que hacer con dominicanos, quizás hermanos de los del PPH, o primos de la Banda Colorá, con dominicanos del nivel de conciencia necesario para poder aplicar sangrientamente la mano dura.
Los políticos al gobierno, la sociedad al Poder.
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Hola Victor!
ResponderEliminarHas parido desde el exterior un grito desgarrador el cual se suma a los de muchos otros bien intencionados. Has acertado.
Hola Victor : El contenido de tu articulo va por el camino correcto. La Nacion Dominicana para no suicidarse requiere cada dia un compromiso mayor de los grupos organizados de la Sociedad Civil.Abrazos.
ResponderEliminarOjo, que podemos caer en el dualismo, sin quererlo y sin saberlo. Me gustó tu artículo, pero creo que es hora de quitarle las mayúsculas a la sociedad civil organizada y ponersela a la Sociedad,al Ciudadano. La mal llamada ¨sociedad civil¨ es un elemento importante en el balance de poder, pero, la sociedad civil la componen no solo esos grupos de presión, sino las juntas de vecinos, las organizaciones medias y de base, barriales... que son las que han de ejercer en una democracia verdadera, la dimensión de autogestión.
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