Kenneth Lay ha muerto, un lamento

Se ha anunciado que el fundador y destructor de la corporación de energía más grande de EUA falleció de un mal cardíaco.

No lamento la muerte como tampoco lamento los cumpleaños, ambos son etapas naturales en nuestra existencia y a pesar de que pretendemos vivir en negación de la primera, es inexorable porque nadie puede violar la ley natural.

No lamento tampoco que se halla escapado de la condena consecuencia de sus actos, creo necesaria la justicia para desalentar a los demás a cometer acciones parecidas, pero no por venganza. La venganza nunca repara el daño causado.

Lo que si lamento es que no dejara como un legado necesario a su descendencia la enseñanza de si es posible alcanzar la felicidad haciendo infelices a otros; de si la tragicomedia de parecer un rey lo auto convenció en algún momento, a partir de las pulgadas de largo de su limusina, de si su sonrisa y satisfacción eran autenticas o eran parte del montaje, de si su familia fue feliz y sus hijos ejemplares, de si estuvo satisfecho con su memoria para la historia y de si el tener dinero lo justifica todo.

Me gustaría saber si el daño infligido con sus actos al sistema liberal y a la democracia fue intencional o parte de una monumental inconciencia, y si fue inconciencia ¿Cómo puede un inconsciente llegar a acumular tanto poder en nuestra sociedad?

Lo que más lamento es que no dejara escrito si había valido la pena su proyecto de vida, eso hubiera sido su mejor legado.

Paz a los muertos.