El camino no es hacia la derecha o la izquierda, es hacia adelante por un planeta compartido, no repartido.


RECTIFIQUEMOS

lunes, agosto 06, 2018

Neutralizados


Llama la atención la indiferencia con la que mi pueblo acepta la nueva invasión haitiana, invasión repetida innumerable veces y rechazadas otras tantas, ¿que impide la necesaria unidad en función de la defensa? Históricamente cuando se es atacado desde el exterior la reacción normal es generar el  NOSOTROS pero eso no está sucediendo. Pudiéramos globalizar una situación similar en muchos países que son objetos de circunstancias destructivas similares a la nuestra, pero trataré de circunscribirme al nuestro.

Acaso no logramos una visión unitaria sobre el invasor y sin un enemigo común no es posible una reacción común, identifiquemos lo de forma aceptable para la mayoría. La característica más significativa es el odio atávico a nuestro pueblo, muchos genocidios históricos lo demuestran sin lugar a dudas al igual que crímenes actuales, desean nuestra desaparición física como pueblo y no creo que alguien mentalmente sano lo pueda negar. Representan el atraso y el salvajismo y eso tampoco se puede negar, su forma de vivir e interactuar entre ellos mismos lo demuestran. Creen colectivamente en una religión  intrínsecamente sanguinaria, los zombies son una imagen representativa de su perversión. Una religión pagana radicalmente opuesta a la aceptada cultural e históricamente por nosotros y eso tampoco se puede negar. Su visión depredadora del medio ambiente, propia de los pueblos nómadas, es opuesta a la nuestra. Su visión del futuro es diferente a la nuestra y si lo anteriormente afirmado no puede ser negado deberemos concluir en que el problema se encuentra en el NOSOTROS, no tenemos acuerdos sobre quien debe enfrentarlos, no tenemos acuerdo en un elemento que nos unifique y debemos tratar de comprender esta situación.

Si concordamos en mi somera descripción de sus características no debe resultar difícil identificarlos con el MAL , pero si pudiera haber mucha dificultad en identificarnos nosotros mismos con el BIEN y así comprender que estamos inmersos en el eterno enfrentamiento entre el BIEN y el MAL, y ahora si van a haber desacuerdos que demuestran que he encontrado la raíz del problema. No debemos confundir el BIEN y el MAL con lo BUENO y lo MALO, el BIEN es lo que conviene para lograr un futuro mejor como especie en el tiempo, pero lo bueno depende de posiciones temporales y culturales, de gustos y placeres, lo que es bueno para mi puede ser malo para ti, pero el BIEN es conveniente para todos, como la PAZ, la JUSTICIA y todo lo que promueva una vida de satisfactorio crecimiento para todos.

Los clásicos decían que el BIEN no se puede definir, sino sólo describir, como «lo que conviene a una cosa». Lo conveniente es lo que da perfección y, por tanto, ni puede ser nocivo, ni indiferente.

En los últimos siglos ha habido un esfuerzo sostenido en racionalizar el pensamiento y la cultura humana y esta racionalización soberbia e ignorante, como lo ha demostrado la física  cuántica, ha promovido un materialismo que ha destruido la imagen de Dios que era la representación del BIEN, tal como la imagen de patria representa la nación siendo ésta intangible e inexistente. Sin entrar a considerar si Dios existe o no debemos entender que la imagen del BIEN y lo PERFECTO era necesaria para direccionar correctamente el crecimiento y desarrollo humano hacia lo más conveniente para todos. El perder ese norte ha llevado a la humanidad al desorden y la decadencia actual que no creo que sea defendible por nadie.

El materialismo,  racionalismo, pragmatismo, etc. nos liberó y todos lo aceptamos por diferentes y personales motivos; a unos por la libertad sexual, a otros por la satisfacción de complejos de inferioridad mediante la acumulación fácil de riquezas y/o poder sin remordimientos, vicios, falsas imágenes de éxito que han destruido el templo del BIEN que era el HOGAR el que dejó de oler a comida, vida y familia, cada uno lo aceptó por sus propias debilidades y  defectos llegando al punto en el que no nos atrevemos a pertenecer a las fuerzas del BIEN porque éste está ligado intrínsecamente a la búsqueda de la perfección cultivando las virtudes o valores como mejor prefieras y en general hemos estado caminando en el sentido opuesto. No nos consideramos calificar y por tanto no participamos de la batalla.

Esa es la razón que, a mi humilde entender, evita a los pueblos reaccionar contra las fuerzas del MAL  que hoy actúan triunfantes en todo el planeta.

¿Quienes quieren recalificar para enfrentar las fuerzas del MAL que si existen en un avance arrollador?

¿Como rectificar?



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