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RECTIFIQUEMOS

viernes, noviembre 25, 2005

Causa - Inseguridad y Delincuencia I

Había una vez un continente ya descubierto por sus habitantes, por sus pobladores que vivían de acuerdo a sus reglas y consecuentes a sus culturas milenarias. Un día comenzaron a llegar extranjeros extraños quienes a sangre, fuego y engaños, arrebataron esas tierras a los que en sus formas vivían integrados como un todo a la exuberante naturaleza allí existente.

En el norte de ese continente llegaron los extranjeros para colonizarlo, para crear sus hogares y los hogares de sus hijos de acuerdo a sus aspiraciones y sueños sobre como debía ser la organización de esas nuevas tierras. En el sur llegaron con otro propósito diferente: conquistarlo y extraerle el máximo posible de riquezas, de oro, no para la grandeza de esas tierras sino más bien para la grandeza de ellos mismos, quienes buscaban aparentar dignidades que, superpuestas en sus pobrezas espirituales y culturales, los disfrazaban de ridículos payasos en inventadas cortes virreinales, en un mundo alejado de todo lo que podía traslucir clase, educación y conciencia, así comenzamos a ver la aparición de las posturas y los valores que hoy rigen todavía nuestros países.

Uno de los grandes Pablos del siglo veinte, el poeta, nos describe magistralmente sus actitudes e intenciones en una de sus poesías:

“Esos conquistadores españoles
que llegaron desde España por supuesto
buscando oro y lo buscaron tanto
cómo si les sirviese de alimento

Enarbolando a Cristo con su cruz
los garrotazos fueron argumentos tan poderosos
que los indios vivos se convirtieron pronto
en cristianos muertos."

El señor Cristian Camacho en una magnifica monografía nos ilustra adecuadamente sobre las condiciones del pensamiento existente en la España de esos días y nos tomamos la libertad de reproducir algunos párrafos:

“Para fines del silo XVI ya existía en España la corrupción administrativa como un fenómeno amplio y extendido. Una mentalidad favorable a la corrupción se adueñó del espíritu de una amplia mayoría de la elite burocrática estatal y de la sociedad misma. ¡Quien no hurta en el mundo no vive!, era el discurso de Clemente Pablos y también de casi toda aquella nobleza que medró a la sombra del Estado y de su primer funcionario: el Rey. La extensión de ese fenómeno en España fue lo que permitió hablar a Vicens Vives de "la corrupción como sistema administrativo"; a Van Klaveren del "fraude erigido en sistema"; y a los esposos Chaunú de la "psicosis del fraude". Esa situación de corrupción generalizada, extendida espacial y temporalmente por España, unida al escaso carácter asistencial del Estado, produjo un tipo de súbdito opuesto a los intereses de la monarquía. Esa institución no llego a establecer con los ciudadanos una relación armónica, sólida y consensual, sobre la cual se apoyaran vínculos recíprocos de cooperación, que fueran benéficos para la ciudadanía y la institucionalidad española.
De ahí que la mayoría de los empleados enviados por España a la América, aún siendo medianamente cultos, arrastraban una pesada sobrecarga delictiva, la cual, junto al profundo afán por enriquecerse, los predispuso hasta colocar sus intereses por encima de las conveniencias hacendísticas del Estado y la sociedad. La ausencia de una relación armónica y consensual provocó que el Estado hiciera muy poco por ganar la adherencia del ciudadano. Se estableció entonces un conflicto permanente en el cual uno y otro luchaban por alcanzar ventajas mutuas. Se formó así un tipo de funcionario al servicio de la monarquía pero con intereses opuestos a los de ésta. Por tal razón, el conquistador no tuvo como objetivo la construcción de una sociedad preplanificada, sino su enriquecimiento a costa de cualquier precio, incluyendo el de la vida. Su afán no estuvo en la creación de una economía propiciatoria del desarrollo y la riqueza fuera del vicio anárquico y la provisionalidad; tampoco en la fundación de establecimientos con el fin de poblarlos y generar el nacimiento de una sociedad pacífica y armónica. Su objeto consistió en aprovechar todo lo que pudiera y estuviera a su alcance: repletarse de oro y volver enriquecido a España. Por eso cuando Hernán Cortés pisó suelo americano en La Española, y se le ofreció tierras para que se instalara y construyera su hacienda, su respuesta fue terminante: yo no vine aquí para cultivar la tierra como un labriego, sino para buscar oro”

A mi juicio los párrafos anteriores describen la idiosincrasia de nuestros conquistadores y por ende la forma de pensamiento dominante de esa sociedad, idiosincrasia que alcanza la magnitud de una ideología con su escala de valores propios, métodos y propósitos

Esta visión de nuestros conquistadores prevaleció y prevalece en nuestras mentes, aprovechar la oportunidad para ser rico es algo lógico para nosotros en general, es algo que es así, es, en definitiva, lo natural, lo normal y eso explica por qué todos, sin importar el partido, hacen lo mismo: robar.

Pero esa visión no es lo peor de nuestra herencia, existe algo mucho más dañino y destructivo que el afán desmedido de lucro que se manifiesta en nuestros políticos, lo peor de esa herencia de corrupción y despotismo es la visión del resto de la ciudadanía sobre a quien se le roba el dinero. Antes era a la corona española y no le dolía a nadie, ahora es al Estado el cual no consideramos nuestro y tampoco le duele a nadie. Todos permanecemos indiferentes ante el robo descarado, sin saber que todo ese dinero nos pertenece a nosotros mismos, que es a nosotros a quienes roban. Eso permite la libertad al corrupto de robar lo que no tiene dueño ni doliente. Derrotamos a España, pero no a los conquistadores.


“Ya se sabe que un día declaramos
la independencia azul de nuestros pueblos
uva por uva América Latina
se desgrano como un racimo negro
de nacionalidades diminutas
con muchas fechas y con poco dinero.
(Andamos con orgullo y sin zapatos
y nos creemos todos caballeros)”.

Pablo Neruda
Versainograma a Santo Domingo




Ya en la colonia, habían unidades regionales distintas con sus respectivas divisiones administrativas -virreinatos, capitanías generales, presidencias y audiencias-. Luego de 1810 las unidades regionales fueron adaptadas como armazón territorial de los nuevos estados según el principio de "uti possidetis" (base del derecho público reconocido en América). Esto implica que los gobiernos republicanos se fundaron entre los límites de los antiguos virreinatos, capitanías generales o presidencias. Para que cambiar los marcos si se pensaba dejar las mismas fotografías.

Es muy significativo que contrario al sueño de unidad del Libertador Simón Bolívar y la creación de La Gran Colombia, el resultado fue el mantenimiento de las divisiones políticas coloniales, sus privilegios y su control. Pudiésemos especular que los conquistadores le permitieron a Bolívar y libertadores en general, desarrollar la guerra contra España no para crear una nueva Patria ni un nuevo orden, sino para apropiarse simplemente del tributo que colectaba la corona española y a la vez evitar los cambios sociales que el Liberalismo Político impulsaba desde Europa.

Quedamos atrapados en el tiempo y en la confusión premeditada. Ya no existía el poder colonial abusivo, pero los abusos continuaron, ya no existía el ejército español que nos avasallaba, pero continuamos siendo vasallos, ya no existía el opresor pero sí la opresión.

El enemigo se había tornado invisible, se había mimetizado, pero los efectos eran contundentes y reales; el enemigo dejo de ser físico pero continuo existiendo en el mundo intangible de las ideas, de las intenciones y de la ideología, para continuar impertérritos explotando y depredando sin misericordia nuestras tierras, había ocurrido la manipulación mas extraordinaria de la historia, nosotros no éramos nosotros, nosotros estámos contra nosotros.

El desprecio por el indígena, por los pardos y criollos determinó que la ciudadanía fuera nominal, vacía y sin sentido. Hoy continuamos siendo una posesión de quienes no aman estas tierras ni a sus gentes y por eso las dictaduras y la corrupción son nuestra triste realidad sistematizada. Hoy continuamos siendo una posesión de nosotros mismos dominados por la ideología de nuestros conquistadores.

Resulta altamente significativo que ninguno de nuestros libertadores asumió la dirección del país creado por ellos mismos, a diferencia de EUA en donde sus libertadores asumieron la dirección de su nación, imprimiéndole su visión y el sentido de futuro que ellos consideraron mejor para si mismos.

En ese ayer se encuentran las raíces del hoy, las causas que deberemos cambiar para lograr efectos favorables a nosotros, para lograr convertir el futuro en una promesa, en vez de una inquietante posibilidad que nos amenaza con la destrucción. Esa gran manipulación histórica también ocurrió en nuestra tierra con un elemento adicional, fuimos el centro de la conquista y por tanto una tierra de paso, usada pero no deseada ni querida por los padres de la cultura que todavía es dominante en nuestro diario vivir, como lo veremos más adelante.

Todavía hoy nuestras independencias deben ser rescatadas de la manipulación traidora de los que fingiendo ser nosotros, fueron realmente ellos. Se hace necesario consolidar nuestras independencias para poder conformar finalmente nuestras naciones y nuestro futuro, hasta ahora ha sido el futuro de ellos y todos nos hemos creído y hemos querido ser ellos, olvidando insensatamente comenzar a ser nosotros.

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