El camino no es hacia la derecha o la izquierda, es hacia adelante por un planeta compartido, no repartido.


RECTIFIQUEMOS

Hay que Cuidar el Jardin

 


Conocí el Coquillo (Cyperus esculentus L. ) a muy temprana edad, a mi abuela le gustaba cultivar flores en el patio de su casa, recuerdo el Jazmín que olía esplendoroso, Flores de Pascuas que florecían en el invierno, Cigarrones de varios colores y un rosal con rosas amarillas, rosadas, blancas y una que era su preferida llamada Príncipe Negro, además había una vid con la que luchaba con constancia mi abuelo y que daba unas uvas sumamente agrias.
Todas las mañanas después del desayuno ella le dedicaba tiempo a sus flores y comentaba conmigo lo que hacía o dejaba de hacer y sus porqués y en esa situación conocí una yerba mala, terrible llamada Coquillo.
Esa mala yerba de 20 o 30 cm de altura era dificilisima de erradicar por su sistema de reproducción de semillas y cualquier hojita o pedazo de ellas echaba raíces y se multiplicaba, pero lo peor era que en sus raíces profundas creaba unos bulbos que le llamábamos coquitos capaces de soportar años de sequía esperando condiciones propicias para regresar con todo su ímpetu, volvían a renacer aunque se arrancara la planta y si uno cavaba diligentemente y los sacaba, cualquier pedacito de raíz era suficiente para renacer. Esa mala yerba competía rabiosamente por los nutrientes del suelo robándose los a las flores.
Un enemigo muy difícil de vencer, muy contrario a las Rosas que fueron creadas sin aparato reproductor y las que con poca o mucha agua son afectadas visiblemente. Las rosas no producen semillas, ni esporas ni nada que les permita reproducirse. Si los humanos no cortamos estacas en el tiempo adecuado y la sembramos cuidándolas con esmero desaparecerían de la existencia.
Cómo llegaron a nosotros de forma natural es una incógnita, hay leyendas que relatan que fueron regalada por los dioses especialmente para los enamorados y por eso para mi representan el amor y el Coquillo el odio, en las rosas su belleza es equivalente a su frágil existencia y en el Coquillo su falta de belleza es equivalente a su cuasi inmortalidad.
El odio es una enfermedad del alma y el Coquillo del jardín y no importa si cae en tierra negra, roja, arcilla o arena, sobrevive, el odio no importa si se odia el MAL, las drogas, la maldad y la mentira, esa alma está enferma y necesitará mucho esfuerzo consciente para erradicarlo.
Hay que cuidar el jardín.

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