To Be or Not To Be

Ese viejo dilema toma hoy proporciones abrumadoras en un mundo más dislocado que nunca, un mundo que ha optado por “Not To Be” como modo de vida y esa opción lo encamina hacia la no vida, cosa que no significa no existir, vivir y existir son formas diferentes.

Hoy gastamos mucha más energía y esfuerzos en aparentar lo que no somos, en parecer lo que quisiéramos ser, que en tratar de ser lo que deseamos ser.

Vano quiere decir vacío, una cáscara que contiene nada y de ahí construimos la vanidad, los sinónimos de vanidoso son: arrogante, ilusorio, infructuoso, presuntuoso, fatuo y todos son defectos que representan el no ser e increíblemente esa es la opción que la moderna humanidad ha tomado hoy, cuando más que nunca tenemos el conocimiento para acercarnos a la verdad casi tocando el alma misma de la materia y la materialidad propia del espíritu.

Todos en mayor o menor medida hemos quedado en medio de este nefasto torbellino y hacemos cualquier cosa por parecer, ricos por ejemplo. Por aparentar ser ricos sacrificamos cualquier cosa incluyendo el ser realmente ricos y ni que hablar de la felicidad. Es un contra sentido por que nuestro esfuerzo no está dirigido a ser ricos, siguiendo el mismo ejemplo, sino en aparentarlo y para ello hemos convertido nuestras vidas en un infierno de estrés, mal humor y deshonestidad. El hacerse rico presupone usar el tiempo, es un proceso creativo y disciplinante, pero el aparentarlo es apremiante, debe ser ahora y ahí se origina la marejada delincuencial que barre el mundo actual.

Existen dos mundos concurriendo en el mismo tiempo y espacio, uno trata de ser lo que realmente es y el otro trata de aparentar lo que quisiera ser. En el primer mundo, el To Be, es un proceso que se desarrolla a nivel de conciencia, un proceso que busca primero lo autentico y verdadero, liberando nuestro ser para que se manifieste tal cual es y crezca, eliminando todas las programaciones mentales con que fuimos domesticados por nuestro medioambiente; el otro mundo, Not to Be, desarrolla un proceso inverso, aprisiona el ser verdadero al modelar e imponer una imagen para satisfacer las expectativas que presuponemos en los demás, buscando continuamente una aceptación que nos reafirme que la mentira de nuestra imagen funciona. Esa búsqueda origina una inseguridad que nos consume internamente llevándonos a un activismo de desgaste sin sentido. Es una carrera hacia ninguna parte ya que el esfuerzo por parecer no termina nunca puesto que nunca será, solamente aparentará y en eso estamos malgastando la única vida que tenemos. Posiblemente esa sea la razón que, según el Buda, hace que los humanos “vivan como si no fueran a morir nunca y mueran como si nunca hubieran vivido”

En el primer mundo las personas tratan de ser y a partir de ahí corregir o aumentar las particularidades según su idea de hacia donde se quiere ir. El ego y sus imágenes dejan de esclavizarnos permitiendo una paz interior fresca, relajante y satisfactoria en la que se logra ser libres finalmente.

El problema hoy reside en el vacío existencial que hay en los Not To Be, vacío que les produce una angustia interna lacerante, les produce una ansiedad asfixiante que no puede ser calmada duraderamente con cosas, riqueza, sexo o drogas, pero se busca desesperadamente con la misma urgencia que el aire para respirar. La necesidad innata de ser felices, que existe en todos los seres humanos, unida al esfuerzo agotador para mantener la imagen que proyectamos, nos lleva a un despilfarro de energías encontradas y a una carrera sin limites ni final que arrastra al individuo y a la sociedad hacia el desasosiego estresante, deshonesto y al colapso final.

Hoy sigue siendo válido el dilema de “Ser o no ser”, la máxima de “conócete a ti mismo” y el mandato de: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”.