Comunismo – Nazismo – Neoliberalismo

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Hitler y Stalin

 En el siglo pasado florecieron tres movimientos ideológicos: Socialismo, Nazismo y Fascismo. En estos movimientos existen raíces comunes que los pudieran enmarcar más como compitiendo por el poder, que como enemigos. ¿Cuales elementos comparten?

• Los tres promueven un cambio de sistema en la sociedad global, no nacional como era lo normal hasta entonces.
• Para lograr sus objetivos polarizan la nación para desactivar las defensas naturales que la sociedad pudiera usar contra ellos mismos
• Los tres son guerreristas. Están convencidos que su deber es de imponerles a los demás sus puntos de vistas y los gastos militares de sus gobiernos son cualquier número, la primera prioridad.
• Como proponen cambios hay que catalogarlos de izquierda, si queremos ser coherentes con los conceptos y eso trae a colación una confusión que es necesaria comenzar a clarificar: todo el que plantea un cambio es izquierda, pero una vez que cualquier movimiento de izquierda toma el poder, forzosamente debe convertirse en derecha, derecha conservadora del status quo en que ellos se benefician, al margen del discurso demagógico.
• Hay que resaltar la influencia de una una idea socorrida en esa época y que Nietzsche documentó, sobre esos movimientos, el pensamiento de entonces anticipaba la aparición de un hombre diferente, el próximo hombre resultado de todos los deslumbrantes conocimientos adquiridos y los tres movimientos tratan de usar esa expectativa. Las dos propuestas socialistas (Nacional Socialismo y el Socialismo real o científico) difieren en ese aspecto, mientras una considera el nuevo hombre o superhombre nietzsheriano existiendo ya en la raza Aria, el otro socialismo proponía la construcción de ese nuevo hombre por planeación gubernamental: el tercer movimiento encuentra ese superhombre en los filósofos o seres pensantes, en las élites que tienen el poder sin que importe el origen de ese poder, según palabras del fundador del movimiento neoliberal Leo Strauss, filosofo y  catedrático de la universidad de Chicago.
• Otro de los elementos compartido por el triunvirato es el desprecio por la moral y la compasión, que son vistas como debilidad para los señores que gobiernan, pero una necesidad para control de las masas gobernadas, doble moral.
• Los tres ya demostraron que en el desarrollo de sus ideas van sumiendo a la población en la necesidad y la miseria por razones identicas, sus propuestas son imposiciones y no logros de la población, no son el desarrollo de la evolución natural, los tres pretenden ser correcciones a la evolución natural en si.
• Esa trilogía ha demostrado lo que es la excelencia en el arte de mentir. Muchos han sido conocidos por convertir mentiras en verdades y viceversa. Para los tres el bien y el mal no existen, por tanto el mentir y engañar es algo necesario para que el ganado se mueva, la zanahoria delante del caballo.
• Los tres fanatizan sus militantes para divorciar lo que deben hacer de lo humano. El fanatismo es un mecanismo mental que logra que una idea valga más que la vida del pensador y cuando usted está decidido a dar su vida por algo, mentir, robar, matar o torturar, también pierden el valor.
• Sin embargo hay una diferencia significativa entre los llamados socialismos y el neoliberalismo: en los socialistas, como en todos los movimientos de la historia universal, quien tiene una propuesta aparentemente satisfactoria y organiza exitosamente se queda con el poder, pero ese no era el objetivo de Strauss al formular su propuesta, él no busca el poder y eso debería llamar la atención de cualquier observador, por lo menos atrajo mi atención y pienso ahondar un poco más.

 Buscando sobre Strauss encontré:  “Leo Strauss llegó a los Estados Unidos en 1938 huyendo de la persecución Nazi, aunque su verdadero grado de antagonismo hacia el régimen nacionalsocialista nunca estuvo muy claro. Sus primeros años de exilio le sirvieron para tomar conciencia de la realidad norteamericana y fueron de crucial importancia en el desarrollo de su pensamiento posterior. En 1948 se convierte en profesor de la Universidad de Chicago, puesto que ocuparía hasta 1968. Durante ese periodo, su actividad académica se caracterizaría por un grado de secretismo y heterodoxia notables. Raramente dejaba textos escritos. Sus clases consistían en debates a puerta cerrada con sus estudiantes”.

Víctor Ml. Caamaño

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