Desesperación en Cuarentena

El gato no necesita que alguien reconozca

que es un gato para serlo y por eso puede 

estar solo sin desasosiegos.

Cuando el aislamiento nos ahoga y nos desespera pudiera significar que estamos viviendo en una imagen (personalidad) creada por nuestro ego, una representación teatral que pierde sentido y estabilidad sin un público que la admire y la aplauda, porque esa es la finalidad de cualquier  disfraz.

Ese desasosiego debería motivar una profunda reflexión para permitir escapar y manifestarse nuestro verdadero yo, liberarlo de la prisión de nuestro ego para tratar de descubrir como eramos realmente antes que la sociedad, nuestra educación, nuestros padres, nuestros amigos y relacionados nos indujeran a crear una falsa imagen sea como defensa o para ocultar limitaciones supuestas o reales.

Es de suma importancia liberarnos porque los papeles teatrales no pueden sentir la felicidad, ni el amor, ni a Dios ya que no son reales, son fantasías para consumo externo.

Cuando yo crecí la madurez implicaba un esfuerzo en ese sentido y se le conocía como la crisis de autenticidad.

Durante el movimiento hippie la sociedad fue manipulada para crear una imagen contraria a los deshilachados, crearon el yuppie que era la representación contraria, la imagen del personaje "exitoso" y bien vestido. Esa representación de éxito tomó infinitos matices como parecer ricos sin serlos, esclavizandonos a las tarjetas de crédito, parecer encantadores o también hijos de putas, mostrar que lo sabíamos todo (pragmáticos o dialécticos), que eramos los mejores, otros optaron por papeles religiosos en definitiva nuestro ego tiene una riqueza imaginativa casi ilimitada pero ninguna de esas representaciones conducen a la felicidad y paz interior que buscamos con desesperación.

Si el desasosiego en esta cuarentena lograra inquietarnos en ese sentido será positiva de lo contrario será insufrible, una gran oportunidad desperdiciada.