El camino no es hacia la derecha o la izquierda, es hacia adelante por un planeta compartido, no repartido.


RECTIFIQUEMOS

MC-Cap11

 Manual del Corrupto

autor: Víctor Ml. Caamaño
1997


Capitulo Xl
La Corrupción en la Anticorrupción


La corrupción, igual que el cáncer, penetra infestando todos los tejidos sociales y las organizaciones anticorrupción no son una excepción. No sería la primera vez que una vacuna diseñada para combatir una enfermedad se convierte en agente de propagación de la misma enfermedad.

La anticorrupción se ha puesto de moda pero es una moda que en muchos casos no exige un real compromiso, es una moda que a muchos les permite figurar en la prensa y lograr una cierta y personalmente notoriedad social y esto, amigos si es el fin perseguido, es corrupción. Corrupción puede ser cualquier actividad solapada o pública que le brinde algún tipo de beneficio, logro o gratificación colateral a quien la ejerce sin realizar un trabajo real. Digo colateralmente por que nadie declara nunca que busca ese beneficio, ese logro o esa gratificación y todo lo que es solapado, secreto o escondido necesariamente conlleva en sus entrañas el virus de la corrupción o la traición.

¿Cuántas organizaciones existen que se creen dueñas exclusivas de la anticorrupción?. Nadie puede ser dueño de una actitud ni de una respuesta a un fenómeno social. Estas organizaciones que miran con recelo y muchas veces con desprecio a los demás integrantes de este gran movimiento de respuesta a un mal que nos afecta a todos. Todos somos o parte de la respuesta o parte del problema y por tanto nadie, absolutamente nadie, tiene la patente para apropiarse de las reacciones y las respuestas pero mucho menos de las acciones de legítima defensa de la sociedad. Esta actitud si bien puede no ser corrupta decididamente favorece la corrupción al debilitar, dividir o restarle valor al conjunto de organizaciones que componen el gran movimiento contra la corrupción. Si le restamos calidad a las partes el todo también pierde y en estos casos, quiéranlo o no, ellos son parte de este todo.

También existen organizaciones que han logrado hacer de la anticorrupción un “modus vivendi” con salarios y despachos similares a los de cualquier banquero internacional y no creemos que en principio esté mal por que quien le sirve al altar debe vivir del altar siempre y cuando ofrezcan resultados concretos a la causa que con bombos y platillos anuncian defender, resultados tangibles que justifiquen los recursos empleados en un medio donde sólo existe la escasez.

Hay que tener presente que la plata está al otro lado del ring en el lado de los corruptos de este lado sólo hay buenas intenciones, sueños de justezas y un gran sentimiento de indignación por las grandes fortunas acumuladas mediante el robo a los que sólo reclaman un trozo de pan producido mediante el trabajo honrado y enaltecedor.

Se ha hecho una costumbre en nuestro continente usar la anti corrupción en las campañas político – partidistas durante nuestras elecciones. En la mayoría de los casos sin ninguna intención ni decisión de combatirla y esto es demagogia y todo beneficio, económico o político, logrado mediante el engaño y la mentira es corrupción. Se usa la anticorrupción en la política por que hasta los políticos se han dado cuenta de que nuestros pueblos ya llegaron a sus límites de tolerancia en relación al robo descarado del patrimonio de todos.

Lo que los políticos no acaban de comprender es que cuando ese limite se traspasa la reacción de los pueblos puede ser impredecible, puede ir desde la protesta popular hasta arrojarse en los brazos de cualquier líder, militar o civil, que les asegure que terminará con el desorden imperante. Pero esto no le preocupa a los políticos, ni siquiera les importa, ellos apuestan a que el hambre de riqueza y poder de los que llegarán muy pronto les dará a ellos entrada al nuevo régimen. El futuro y el costo del cambio no importa para ellos si así pueden hacerse de otros milloncitos, pero sin lugar a ninguna duda terminan perjudicando las inversiones productivas, los negocios legítimos y atemorizando las nuevas inversiones constituyéndose en el freno del desarrollo que todos deseamos.

Es importante y necesario que nos auto analicemos, no podemos caer en la enfermedad crónica de los partidos políticos por la cuál la lealtad hacia el partido ha llegado a superar la lealtad hacia el país que dicen defender, en nuestro caso la lealtad hacia nuestra propia organización no puede festinar nuestros objetivos y los objetivos de todos nuestros países. Revisemos nuestras intimas motivaciones y encausemos nuestro trabajo hacia el éxito, no hacia nuestro éxito.


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