Recuerdo que muchos años atrás, todavía mis
hijos en edad escolar, nos visitó un amigo para comunicarnos que se estaba
formando una escuela de educación especial, una escuela para preparar la élite
que debería gobernar en el mañana. En muchas partes es posible encontrar este
tipo de escuelas y también universidades, tanto civiles como militares, a estas
últimas le llaman academias. Esa escuela tendría una selección de maestros de
primera y contaría con todos los recursos necesarios.
En conversación posterior, nosotros como
padres concluimos, que esa educación iba a estar desequilibrada y que no
prepararía a los muchachos para enfrentar el mundo real, que era el objetivo
para nosotros esencial en ese proceso. Preferíamos que siguieran en escuelas
buenas pero normales, socialmente hablando, donde mis hijos nunca fueran ni los
más ricos ni los más pobres, donde tuvieran una representación veraz de su
sociedad.
Cuando un individuo decide crecer en
conocimientos, en cualquier escuela lo logra y si no le da la gana de realizar el
sacrificio para hacer crecer su ser intelectual, ninguna escuela es buena. En
ese momento lo especial de esa escuela, para nosotros, eran las relaciones que,
con fines utilitarios futuros, se podían desarrollar ahí, pero pesó más que
tuvieran una interpretación de la realidad lo más objetiva posible y espero que hoy nuestros hijos nos den la
razón.
Ahora adulto puedo ver claramente los
resultados nefastos de ese tipo de educación, educación surgida en la era de
las ideologías, educación de segregación entre los buenos y los “nadies”, los nadies contra los "buenos", entre
nosotros y ellos, en donde la supervivencia de los nosotros, pudiera darse a
costa de los ellos sin ningún remordimiento, no se conocieron nunca. Si
embargo, esta insensibilización humana no fue el peor de los resultados, el más
grave fue la perentoria necesidad de los nadies en tratar de colarse entre los “nosotros”
y es ahí donde todos se colocan el cuchillo en la boca y salen dispuestos a lo
que sea, destrozando la comunidad necesaria para que todos podamos sobrevivir
decentemente, incluyendo a la élite.
¿Que diferencias podían existir entre ese tipo
de escuela y las demás?, simplemente hacer que los niños crecieran sintiéndose predeterminados,
excepcionales; excepcionalismo intrínsecamente unido a una visión ideológica.
¿Existe alguna diferencia entre el excepcionalismo nazi y el de los
revolucionarios marxistas? ¿Entre los fascistas y los neo liberales, quienes hoy se
disfrazan de ultra conservadores para imponer los cambios que ellos, como todos los otros, creen que son los únicos
que comprenden la historia y la economía? Mi respuesta es
no, no sé la suya.
En el mundo antiguo, gobernado por reyes y
aristócratas, los príncipes eran educados por institutrices y maestros privados y los demás
nobles tenían escuelas para la educación de sus excepcionales herederos, pero
su excepcionalismo provenía de sus características consanguíneas de herencia,
no del palacio o la carroza que usaban, vivían en palacios por que le
correspondía, pero su dignidad e identidad no dependían de eso. Cuando la élite aristocrática fue siendo desalojada como clase gobernante, comenzó la aparente
lucha por los privilegios de los aristócratas, recuerden que la burguesía llegó
en muchas ocasiones a poseer más riqueza que la decadente clase aristocrática,
se luchaba realmente por el excepcionalismo, por crear un nuevo nosotros dentro
de los ellos.
No todos tenían los mismos recursos y mientras
unos apostaban su identidad y su dignidad a las riquezas, otros se sentían
diferentes por su nivel de ilustración, por el conocimiento de algo recién
creado que lo prometía todo: la ciencia. Otros optaban por ser especiales por
lo que hacían: sus vinos, sus joyas y mobiliarios, el arte en general o,
después de la revolución en Francia, la conquista del poder político y comenzaron
a nacer los diferentes enfoques y puntos de vistas, que diera una identidad a
los que no podían ni comprarla ni fabricarla, y además, una promesa de futuro
bienestar. El germen ideológico ya estaba sembrado desde que Nietzsche
vislumbró el excepcionalismo por excelencia, el súper hombre.
Pudiéramos concluir que el sentirse
excepcional puede ser la motivación de ellos y de nosotros, el problema viene
porque la excepcionalidad representa la división, la atomización y
neutralización de los pueblos y eso evita lograr nuevas y mejores
reivindicaciones, tal como lo fue, permanentemente, hasta la revolución
traicionada de Francia.
Leer también:
Ideologías - "Si no podemos obligar a los que deciden a rectificar, porque ellos son el poder y además, es ingenuo creer que los podremos convencer de que “amen a sus prójimos”, la solución no es fácil y esa solución está siendo demorada consciente y convenientemente por los políticos, con sus enfrentamientos ideológicos, mientras ellos y sus descendientes se benefician con total descaro." http://victorcaamano.blogspot.com/2008/05/ideologas-destructivas.html
Veraz. Enrique.
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