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RECTIFIQUEMOS

domingo, diciembre 02, 2007

Es fácil perseguir los inmigrantes




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Vemos que la inmigración se ha convertido en el tema político preferido para las campañas primarias norteamericana y eso se debe a una poderosa razón; el tema migratorio sirve para diferir los verdaderos y graves problemas que amenazan a USA.

Siempre hubieron problemas y crisis que fueron enfrentadas por hombres que creían honestamente en perfeccionar un sistema, confortable para todos y con reglas que permitieran su permanencia lo más establemente posible. La última gran crisis fue la gran depresión del siglo pasado y la solución exitosa fue el New Deal que permitió mover el mercado mediante la, siempre imperfecta, intervención del Estado en la economía y la creación legalmente forzada de un mercado consumidor para soportar la producción. La crisis fue superada y la economía resurgió robusta con la ayuda de la segunda guerra mundial.

En los años 60’s se presentaron dos infecciones nuevas que amenazaban gravemente al país, pero los tratamientos utilizados para erradicarlas produjeron efectos secundarios no previstos y son precisamente esos efectos los que crearon la actual crisis y causaron la inmigración que hoy asusta a la sociedad y en la que, tratando su erradicación, se pierde un valiosísimo tiempo considerando uno de los síntomas como si fuera el mal que ocasiona la gravedad. Ese es precisamente el tema que no desean tratar los políticos.

Los hippies, la OPEP y sus consecuencias.

El movimiento hippie fracturó la sociedad norteamericana horizontalmente, entre jóvenes y adultos y a pesar que ese movimiento no atacaba el sistema, ya que simplemente lo abandonaba excluyéndose de la producción y del mercado consumidor, conllevaba en si un efecto nefasto económicamente. Ante la amenaza de la imagen deshilachada, sucia y emparchada se reaccionó manipulando la sociedad para aparentar todo lo contrario y nació así la apariencia exitosa como valor social y la aceptación de la mentira que la soportaba, nació el yuppie.

Este nuevo patrón social produjo el abandono del ahorro como valor fundamental de desarrollo y crecimiento, el endeudamiento enfermizo de la clase media para aparentar las riquezas que todavía no poseía y a niveles empresariales la tentación de aparentar ser más que millonarios, aparentar ser reyes con cortes corporativas particulares. A la larga la necesidad de beneficios exagerados para soportarlas llevó, entre muchas consecuencias, a mover la industria a donde fuera legal la explotación de los obreros y se produjo en consecuencia el debilitamiento económico de la nación, generando un déficit comercial inmanejable.

Al mismo tiempo nacía la OPEP y el golpe del aumento de los combustibles calladamente propiciado por las multinacionales petroleras para incrementar sus comisiones y beneficios, como era la práctica de moda. Esta crisis mostró por primera vez la vulnerabilidad de la potencia norteamericana a las decisiones externas, con menor dramatismo que el 9/11, pero igualmente peligrosas. Como defensa se revivió la necesidad de un Nuevo Orden Mundial pensado por la Santa Alianza en 1814 en Viena. Un nuevo orden que evitara las acciones posiblemente dañinas del resto de los países del mundo y para su implementación usaron los fabulosos beneficios que los miembros de la OPEP depositaron en los bancos comerciales y nacieron los irresponsables préstamos internacionales, en los cuales lo importante era crear la deuda para controlar sin importar el destino final del dinero. La corrupción infestó el planeta como nunca antes produciendo la competencia entre reyes, reycitos y reyezuelos.

El golpe triple que sufrieron los países llamados “en vías de desarrollo” fue aniquilador, primero tuvieron que asimilar los nuevos precios de los combustibles, concomitantemente pagar una deuda externa que en su mayoría había sido dilapidada y además, ver desaparecer sus exportaciones agrícolas por causa de los subsidios que las grandes potencias implementaron defensivamente, para reducir así la dependencia del exterior, actitud defensiva que ahora justificó solapadamente la invasión de Irak

Es compresible que al reducirse drásticamente los niveles de vida de las naciones menos favorecidas, se iniciaría un movimiento masivo de emigración hacia donde había trabajo, es la ley natural de oferta y demanda, pero es la consecuencia también de políticas deshumanizadas implementadas por los gobernantes y ese complejo problema no desea ser enfrentado por los políticos, es más fácil perseguir a lo inmigrantes.

Sería mucho más conveniente el lograr que todos tuviéramos razones para defender nuestros modos de vida en nuestras propias casas, sin que fueran sacrificadas, como medida de prevención, contra situaciones que no deberían existir. Para que Juan compre los zapatos de Pedro, Pedro tiene que comprar los tomates de Juan, de lo contrario no habrá paz.

Víctor Ml. Caamaño

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